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sábado, 27 de diciembre de 2014

ABRE LOS OJOS

" Cuántos ciegos serán precisos para hacer una ceguera" (José Saramago)

El día que esta niebla oscura no sea más que luz en mis ojos, celebraré lo que ocurre por donde vaya pasando la vida, lloraré o clamaré por todo lo que no he visto y ahora toma forma en mi retina. Las cataratas son la cortina que durante tiempo, va cerrando tu percepción del color, la forma, el dolor, la vida y el tiempo. Dicen que finaliza el año y que se viene otro. Nunca me ha preocupado este suceso, ni los años, pero sí mi vista cada vez más escasa, en unos ojos cada vez más cerrados. Ahora creo que no veo nada. O todo se me ha hecho más oscuro. Cuando me duele algo en el alma, me suele pasar que veo menos. Presumo que otro puente se ha hundido entre los hombres, convirtiéndose en una nueva trinchera, otro frente de invisibles enemigos. Esto va a ser otra nueva epidemia de ceguera, la que narraba Saramago en su novela. Aunque es diferente, allí nadie veía pero se organizaban entre las tinieblas y de su interior sacaban los más bajos instintos que envilecían más al hombre. Yo hasta ayer tenía amigos, mañana tal vez ya no los encuentre, que los mire y no me vean, se crucen de acera para no tropezarse, lo que ayer eran parabienes y coincidencias, hoy  además de miopía, es silencio.


Cuando veía, creo que nunca vi, me parece que el hombre a la par que levantaba puentes, a poco de hacerlos, los hundía. Penélope tejiendo lo que de noche destejía. El mundo no tiene remedio, ciudades enteras levantadas en un  tiempo record, despobladas se quedaban como museos de cementerios sin muertos. Y sin embargo recuerdo haber visto monumentos, pinturas, obras de arte conservadas en la penumbra de los tiempos. Ayer todo eran fortalezas. Hoy castillo de naipes a poco que sople el viento. Tranvías a ningún sitio, aeropuertos sin alas, campos de golf sin agua. Esto nos deja el año…el sexto de un apocalipsis sin término. La vida se marchita en salobres aguas pantanosas, pestilentes mientras dure esta epidemia de la ceguera.
No era pasajero, no, esta epidemia que enferma al hombre es endémica, las fuentes de las que bebemos han sido contaminadas con el elixir de la soberbia, la ausencia de luz en la naturaleza, se ha convertido en una monstruosa selva de depredación y exterminio. Sofisticados refinamientos, para no dejar huellas en Auschwitz. Estos ojos que solo ven pensamientos únicos,  poder,  avaricia, egoísmo,  estos dioses modernos que destruyen y ciegan, desoyendo al sabio, a la ciencia, la cultura y la conciencia que te habla por dentro.



Abre los ojos, me dijo el otro día un sabio a la puerta de mí casa, abre los ojos aunque no veas, sígueme y camina. Lo seguí a tientas, tropezando las más de las veces, por el camino que mi oído me decía que el sabio transitaba. Escuchaba su voz cadenciosa y suave, sin estridencias, con cierta melodía, mira esta planta a tu camino, es trigo y todo lo que no ves en cientos de kilómetros a la redonda, más trigo. Todos esos árboles y arbustos que tocas para apoyarte, están cargados de frutos,  esos mugidos que oyes son vacas con las ubres bien cargadas de leche. ¿Escuchas? Sí es agua, un manantial sin fin de agua en la que si gustas, extiende tu mano, lava tus ojos, bebe y sáciate. Luego abre los ojos.
Entonces vi  el color y la forma de la vida. Mis ojos veían. Veían trigo, leche, agua, frutos y el sabio comentaba: Hay para todos los que quieren ver. Comprendí de inmediato. Todo cuanto en aquel paseo contemplaba, era suficiente para evitar el hambre del mundo, las necesidades del hombre en su vida. Solo, no lo hubiera visto, necesité de un sabio que me lo hiciera ver, lo que allí delante de nuestra vista existía, desde el inicio de la tierra.
Desde entonces sueño cada vez que el año termina que el hombre un día  encontrará  al sabio que lleva dentro y se apartará del ruido de la ciudad maldita para contemplar un mundo sin barreras, sin fronteras, verde, saludable, trabajando, alimentado y saciando necesidades de los que otros necesitan. 


Por eso cuando comience el nuevo año, mi frase y mi deseo, lo que pediré a 2015 será ABRE LOS OJOS Y MIRA EL MUNDO, VÍVELO DE TAL MANERA, QUE MEREZCA LA PENA RECORDAR.
Hasta el próximo año amigos, que seáis felices. 

La nota de humor:

martes, 16 de diciembre de 2014

Cuento de Navidad

Contaba una vez la yaya, hace muchísimos años,  apenas yo un bebé, que el cielo se hizo negro en toda la tierra a la vez. Temblores y sacudidas estremecieron por un tiempo la tierra y el mar; callados todos por el miedo, de que aquello fuera el fin del mundo. No hubo luz, todo era negro. Nadie dormía, expectantes a lo que fuese a ocurrir. Los que más, lloraban en silencio, los que sabían, rezaban y los que no creían en nada, inquietos vieron que el universo era tan cierto como su incredulidad. En esa callada congoja colectiva, en Asia, África, América, Europa y Oceanía, se extendió el silencio del desierto infinito, más allá de los sordos temblores y  sacudidas en tierras y mares. Rendidos por el sueño o por la impotencia de lo que no veían, las mujeres, niños y hombres se recostaban acurrucándose unos a otros como podían. Igual en el norte como en el sur de los confines. No se supo si alguien dormía, en aquel día de repente noche, de repente, ausente de color. 



Tampoco se supo del tiempo, en que el hombre doblegado en la tierra, sobrevivió, pero cuentan...que precedió, a lo que ahora os cuento, truenos y miles de rayos que escapaban del negro cielo, por segundos iluminando caras que se asemejaban espectros, ojos que parecían salirse de sus órbitas, pánico, terror en sus gestos. Los rayos surgían como si taladraran el cielo negro, y lo hacían; cada vez con más fuerza, cada vez el hueco abierto, era más abierto, más y más y no era negro......una luz tenue al principio, cegadora en poco tiempo, fue despejando el negro cielo y se convertía en algo que no pudo verse por sus extraordinarios e intensos destellos. El hombre apartaba sus ojos de aquella cegadora luz, se protegía con sus manos hasta que en vez de mirar al cielo, se empezó a mirar uno al otro y descubrirse de nuevo.



Cuentan que había nacido una nueva estrella, la más grande de la humanidad. Cuentan que no volvieron a mirar a la estrella, pues cegaba, que solo había ojos para el niño, la mujer, el desvalido y la necesidad del otro. El hombre miraba al hombre, de nuevo. Y en todos los sitios era igual. El hombre se volvió a levantar, caminó, trabajó y sembró la tierra, la cuidó, el agua era de todos, el panadero amasaba el pan. Tejía con sus manos sus vestidos, producía y compartía. Y así se cuenta que el hombre amó su planeta y a sus vecinos. Por eso dicen, que se celebra esta fiesta, en todos los sitios, distinta pero por la misma razón. Una estrella, la más grande de la humanidad, ilumina y da vida a todos por igual. La luz es la vida y la vida amor. No supe nada de los Reyes Magos pero sí de la estrella, que si los niños buenos son, cada año, os traerán regalos y cantaréis en la fiesta con palillos, pandero y flauta.


Haya fiesta y paz, hagan alto las carretas y avisen a los niños cantores. Mejor el hombre cantando y bailando por bulerías, que enzarzados en villanías. Atiza la candela, que prendan las llamas altas, señales de fuego ha de haber para avisar con su luz a los pueblos. Ha nacido una estrella, la más grande, de la humanidad. 
Venid conmigo, pastores que esa llama que veis, es la luz que nos une, en una fiesta universal, Cantad conmigo amigos, venid a ver el nacimiento de una estrella, la más grande de la humanidad.
Felices fiestas amigos y amigas, el deseo de este blog, es que sea un mensaje universal, que comprendo es difícil, pensando en todos los que sufren, tienen hambre, viven en la barbarie de la guerra. Para ellos nuestro recuerdo permanente de dolor y solidaridad.






FELIZ NAVIDAD A TODO EL MUNDO.
África- Geseende Kerfees en 'n gelukkige
China- 诞节快乐
Nueva Zelandia (Maorí)- Meri Kirihimete
Brasil- Feliz Natal! Feliz Ano Novo!
English- Merry Christmas
Hispanoamérica- Felices Pascuas, Feliz Navidad

Que seáis felices hermanos hasta la próxima entrada.
La nota de humor:



Nota: Nominado por Maríjose Luque Fernández, en su blog sonrisasdecamaleon.blogspot.com he aceptado y publicado los premios " The versatile blogger Award, One lovely blog Award, Liebseter Award y Wonderful Team member Readership Award( los dos últimos ya concedidos por otros compañeros anteriormente), a los que se nomina a mi blog. Publicado queda, así como los logos de los premios. En los próximos días daré a conocer publicamente a mis nominados

lunes, 8 de diciembre de 2014

Encuentros

Llevados por el frío
Desde el cerco de luna, hasta los juncales del río, nacen en el aire cristalillos de frío. La noche helada,  reflejan estrellas en el camino del amante buscando el regazo, el calor de tu pálpito, a la orilla de un río. Escondidos entre hojas de chopos, entre juncos, arropados por el fuego, de su cuerpo y el suyo, encendiendo la luz de sus ojos, susurrando amor en el aire, hasta despertar el día. Está la noche fría. Más, no es el frío su desvelo, si  encuentra calor en su nido, a la ribera del río,  entre hojas de chopo y madreselvas, unido a su sol de noche. Tu presencia que me roza, me besa, me enloquece, envueltos entre hojas de paraíso en que se ha convertido la noche, en nuestro lecho de vida hasta despertar el día, apenas un susurro de viento va asomando el alba, levantando las hojas que se lleva. Murmullo leve del agua que corre, río que enmudece secreto apasionado de una noche de frío.
Es tu belleza mujer, mujer hecha flor, tus ojos presa del sol, poemas de colores, labios de coral. Mujer jamás podré olvidar, las noches frías convertidas en días de verano. Seda brillante al sol, dedos que ensayan amor en tu piel, mujer desde que te ví, siempre pensé que mi vida ya no era mía y tu nombre el mío. 


Amor prendido

Te busco al sol, 
desde las esquinas te llamo, 
no contestas
Espero a la noche
siento frío
busco el camino arrecido,
reflejos de estrellas
hasta los juncales del río
 tus ojos encendidos,
susurros al aire, 
murmullo que enmudece
pasión en una noche de frío
tú, en tu nido emplumado, 
no te llamo, te beso
mis dedos otra vez en tu piel
como la primera vez.




Diciembre amado

¡Qué sabe el hombre de amor, cuando siente frío! Nada es más cálido que el sol, cuando hasta en la noche, la helada, son estrellas que reflejan,  el camino del río. 


No hay nada que no pueda hacer el amor, cuando es correspondido. 
Que seáis felices hermanos. Siempre son tiempos de amor. Que no sientas frío.

La nota de humor:











lunes, 1 de diciembre de 2014

Redes

Creo saber lo que no sé y no sé lo que debería saber. Confieso que me quedé a mitad de camino, entre el hombre consciente, confundido entre la masa que no piensa. Todo es raro y contradictorio, la vida siempre avanza devorando futuro que me desfasa, por más que piense que estar es igual que ser sin serlo. Abandonados los viejos axiomas, nada es nada, escrito sea en prosa o verso. Entré en las redes sociales para "estar". Hoy me pregunto si soy. 
Aquellas divertidas soledades, imaginando juegos que entre nosotros existían, se han convertido  en compartidas palabras vacías. Amigo ahora es, llana manera de decirte hola. La lectura reflexiva y reposada, es atropellada, a saltos o sustituida por un más uno. Hace poco sonreía observando como en una entrada, iban por delante los +, a las visitas recibidas.


Leer parece, se lee poco y sobramos muchos escribanos de poca monta, creyendo tal vez que mostramos al universo mundo "Lo que sé hacer". "Mira lo que como" "Que bonito es donde estoy" "En el entierro de Cayetana". Yo, yo, yo estuve allí, vi, comí, felicidad supuesta, y compartida por las redes. Estamos pero quiénes somos. Masas cada vez más afanadas por cubrir nuestros propios vacíos. Depredadores de información no contrastada, titular convertido en dogma, vértigo por lo último y estar a la última, acabado olvido de lo que fue, hace apenas un respiro.
El futuro es esperanza, vida que no cesa y por apostar apuesto por mañana y por la próxima semana. No estoy en contra de las redes, ni de la masas que muchos son gentío. Rechazo sí cada vez que el hombre se confunde, arrastrado por manada en tropel. Busco sólido líder del pensamiento, consistentes razones, sentido común entre el ruido. Desterrar ese mundo de ficción que la publicidad y la propaganda que por toda suerte intenta someter, idiotizando el mundo, el mundo queriendo ser ficción, olvidando su propia realidad, sus ahogadas necesidades reales. Busco al hombre, al amigo, la comunicación posible y el arte del sabio.


Atributo del hombre es nacer como ser inteligente. Inventó el comunismo, el capitalismo, dos visiones contrapuestas de la vida y del hombre, sin embargo tan parecidas. Un solo pensamiento: producción y dinero. El día que el hombre supere ese pensamiento, habrá encontrado otro, más feliz y auténtico, un nuevo hombre más sabio, en armonía entre lo que sabe y a lo que aspira saber con su esfuerzo, sin más verdades, que su propia humildad, que es la mejor de las virtudes de quien sabio es.
Las redes sociales, serán es inevitable, una aldea global, sin fronteras, de hombres sencillos, que les importe más aprender y escuchar que hacerse oír con reclamos íntimos que debieran estar en otro ámbito.
Dar sin esperar, escuchar, crear, inventar, hablar cuando tengas algo que decir que sume, acoger, respetar, investigar, esperanza y sueño, fantasía para imaginar, cálida sexualidad, comprensión y diálogo. Paciencia, serenidad y humor. Amor por el hombre mismo ¿Acaso  este decálogo de palabras no están llenos los libros de sabios? Desde Platón, Sócrates, Aristóteles hasta los más actuales. Todos reflexionan de la vida, todos proponen algo, algo que habla siempre de un mundo nuevo, de felicidad y de pacto entre muchos, de mundos y pensamientos contrapuestos.


No lo veré cuando desde hace tiempo se dice,  homo homini lupus, maldad humana, egoísmo sin límite y no digo que no sea cierto, pero no lo único que se desprende de esa magnitud  humana. Utopía, pensamiento positivo y mucho de aprendizaje y alimento del espíritu es lo que necesitamos, contándomelo a mí mismo, que no estoy escribiendo para dar consejo a nadie.


Que seáis felices hermanos, hasta la próxima entrada.

La nota de humor:


viernes, 21 de noviembre de 2014

Simón era parado y joven.

Sueña, hijo, sueña. ¿No ves como las aves del cielo vuelan sin empleo, apenas salido el sol? Mira el cielo, a las nubes, al sol y al viento, que no hay cosa más grande que vivir admirando, tan singular y natural universo. 
Padre que soy mayor, siempre tuve al cielo, sol y viento,  sonriéndome y ahora no. No sabes bien lo que sueño, padre cada noche que mal duermo, sueño por una sonrisa apenas salido el astro. Me despierto y leo, brindis al sol que amanece para mí, en largos días sin fin. 
Comprendo hijo, te entiendo, sé que no naciste para  todo el día mirarlo. Naciste para alumbrar cielo de día... y de noche, ser antorcha de amor eterno y vida. Tranquilo que en dos días, esto será pasado y tus tenues sonrisas, con ganas las he de ver.
Era Simón en el pueblo, el hijo del enterrador, el único que en el pueblo había. Listo y espabilado, lo que cualquier padre, más querría. 




Apenas diecisiete años, aquel hijo de pobre, coleccionaba dieses y sobresalientes en universidad y master. El sol seguía alumbrando, aunque el camino de sus rayos ya no eran directos, ni había verano....El otoño de ocres rojizos y verdes amarillentos, se les veía como mal presagio, más pálidos que entonces, más enfermos que vivos. 
Una entrevista y hubo empleo, una corta jornada y a Simón otra vez se le hizo, el sol invierno. Uno, dos, tres mil empleos. Uno, dos, tres mil inviernos. ¡Hasta la nieve, caer cuando lo hacía, perdió su gracia! Uno, dos, tres millones mirando los lunes al sol....A la cola de una oficina, llamada empleo. Calla, hombre, calla que brotes verdes ya se ven, y aún no ha llegado la primavera. 



Así transcurría la historia de los días sin pasado ni futuro, en un presente infinito...devorando horas, vidas sin sentido, amenazando el futuro de todos los simones de un pueblo sin remedio.
Sí. Callo, no me hables de optimismo, ni nombres más los brotes verdes, que no te oímos. Somos dignos, padres e hijos dignos, sin necesidad de discursos, que el poco pan que resta será mejor repartido que lo que vos ofrecéis cada lunes en una eterna cola de fingidas ilusiones. No te voy a medrar. Vive con esa tarjeta que tanto te atrae. Nuestra hambre con el pan que nos queda, es mejor que tu alma negra, encenagada de miseria.
Sé firme hijo, este viento del mal que estos días huracana, ya amaina. Sueña. Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, con sus alas tocaran tu cristal, llamándote para jugar. Abre tus ventanas y una miga de ese poco pan que nos queda, mojada en tu saliva, ponla en tus palmas y déjalas picar. 
Este simón por hijo, son todos mis hijos que como en la copla murieron, esta vez de pena, pálidos por la sombra de un sol, de tantos lunes sin luz. Siendo el padre el único enterrador del pueblo, una tarde de vuelta al cementerio a su propio corazón hubo de enterrar, con paladas de lágrimas en la tierra. 



Este padre roto, estos hijos vida de tu vida, tanta ilusión esparcida en el arroyo del rico y avaricioso, reclama cielo y dios que siembre justicia para que ellos, a las golondrinas un día al menos, vean sus nidos en sus balcones colgar. 
Sueña, hijo, sueña. Que mañana lunes, anuncia el tiempo que habrá sol,  el que calienta y da energía y te devolverá tu franca sonrisa, por más que hayas estado en el archiprielago de Gulag.
Que seáis felices hermanos, hasta la próxima semana.

La nota de humor:

lunes, 17 de noviembre de 2014

Yo soy libre como el mar.

Libertad... ¿Libertad para qué? Dijo un importante personaje del siglo pasado. No lo conocí, ni sé si lo dijo, yo aún no había venido y cuando nací tampoco me hablaron de libertad. Ni entonces, ni nunca. Hay cosas que se aprenden solas  a eso de ser adolescente, luego joven y rebelde como todos. En España por entonces, todo aparentemente quieto, se agitaba como garbanzos en la olla, cuando hierven. Todo me parecía injusto, y todos me decían, calla chaval. Que me dijeran calla, supe que la libertad era,  no me da la gana de callar. ¿Qué digo, en qué ofendo, es que no es verdad todo lo que estoy diciendo? Luego supe que aquel personaje hablaba de llenar el estómago antes, para que llegara tu verdadera libertad, lo entendí y lo sigo entendiendo. No hay libertad con hambre, el que tiene hambre es sumiso por pura necesidad. Esto que entiendo, ahora de mayor no comparto y afirmo que en mi hambre mando yo. Reclamo mi libertad, que no es más que mía, para gritar si puedo; elegir la hora de dar cuenta sobre mí, a buitres y carroñeros, que desde hace rato, sobrevuelan sobre este cuerpo, creyéndose libres siendo solo esclavos de su fuerza. No soy de nadie, solo mío. Libre nací y libre quiero morir. No hay esclavitud, hay sumisión a la fuerza. Podrás recortar mis alas, podrás retenerme entre rejas, pero no habrás doblegado mi voluntad de a tu menor descuido...dotarme de alas y volar.



Aunque aprendí necesidad antes que el padre nuestro, ésta no era extrema, aunque suficiente para saber que tener una peseta, milagro era. Dictadura la hubo por mucho tiempo, sumisos parecíamos, cuando solo ganábamos tiempo. Ahora hay libertad, me siento libre, nadie me dice calla y sin embargo la sensación que me embarga es vivir como un gorrión en su jaula. Miro a mi alrededor, pregunto, hablo, escribo y leo con esa sensación de que algo o alguien frena mis alas o han puesto plomo en mis pies.



Debates hay entre libres en este pueblo, que camina hacia un seguro abismo a vueltas con la necesidad de muchos y la abundancia de pocos. No soy pobre, más me veo otra vez como el gorrión en su jaula. Nadie me tapa la boca, empero se me ha vuelto torpe cuando no digo en el debate, basta, cuando escucho, calla, hombre, calla.... Si hablas la abundancia, se marchará a otra parte; resigna tu voz y medra, mientras haya migas a las puertas de palacio, a la salida de la iglesia, sirviendo a un nuevo señor. Libertad controlada, libertad vigilada. Lo saben todo de mí. Esto es volver a la jaula: Sutil sumisión, antesala de otra travesía en el desierto...para después que algún poderoso escriba ¿Libertad para qué? ...No me repitas más la frase, que en su trampa, millones de almas estercolan estepas silenciosas y espectráles. No me niegues la utopía, pensaré que solo buscas tu progreso, cuando es hora de comenzar la resistencia para salvaguardar las alas que vuelan, remontando estepa y montaña, hasta reencontrarse en un nuevo horizonte de libertad donde palpiten nuevas realidades. 


Esta realidad dibujada en cestos de manzanas que huelen, es un cuadro triste que me presto a llevar, viento al fresco. Comenzar a pintar otro lienzo con frutas nacidas en primavera para que vista, la pared ahora vacía y modesta, sin embargo limpia, perfumada con la fragancia renovada e ilusionante, que desprende la utopía. Ésa que presta ayuda del mejor, al peor hombre, levantándolo de una sumisión forzada por alguna de esas frutas podridas. 
Apuesta en libertad, que has de saber y poner música a esta letra:
Libre
Como el sol cuando amanece,
Yo soy libre como el mar,
Libre
Como el ave que escapó de su prisión
Y puede al fin volar.
Hasta la próxima entrada, que seáis felices hermanos.

La nota de humor:



martes, 11 de noviembre de 2014

Los fantasmas del silencio.

Sorprendido por tu calor escribo, porque estás. Noto desasosiego repentino, mientras lees y yo escribo. No te recuerdo pero intuyo, sin alma tal vez, algún día furtivos los dos, hijos del mismo destino.
Qué destino, si soy hijo de luz, luna y viento. ¿Qué desafuero es esto, que me impulsa este camino, buscando no sé qué, cuando debiera estar dormido? Escribo es cierto, siempre sin testigos. Acompañado de soledad compartida con silencio sin ruido. Mi alma y yo a solas, los dos, como amigos. ¿Cómo sabes qué escribo, cómo lees si te siento, cuando dibujo letras con sentido? No conozco alma, alegría ni pena, que no sea más que un retiro compartido,  oasis en el desierto. 
Soledad, el nombre que yo únicamente conozco, de dónde vienes, dónde estás, por qué reclamas esbozar palabras, sin apenas percibirte, más que un repentino soplo, desasosiego, mientras lees y yo escribo.


No esperaba este destino, pintando canas, jugando con el sueño de lo que no tuve. Ahora te apareces en forma de versos, palabras y más unos, aura de versos, complacido por unas letras que cada noche, cuando debiera estar dormido, escribo. Leo fantasmas divinos, Larrú los narra, pero ni tú ni ellos, sois los suyos. Si acaso, desasosiego. No lo eres, dime quién, para dormir tranquilo, que despierte y vea al alba la luz colarse por mi ventana.
De días, hojas caídas pisadas, viento salpicando la llovizna en cara, colores entre rojizos y verdes ocres, se viene este otoño recién caído. Rojo lo entiendo, verde ocre si no lo viese mientras ando, diría que lo han cambiado, no recuerdo esa tonalidad que me turba, pisándolas con vergüenza, pensando como muere la hoja. Cómo del árbol escapa.
Este otoño que sin avisar me sorprende, aún sin cubrir  mi desnudez, antes de la larga noche, que viene de camino. Faltaban los fantasmas, que no creo seas tú, cuando peinando canas, insistes en hacer triángulos, cuando he sido solo de dos lados, de ella y el mío.


Si fantasma eres, olvídame, no estoy para ti, ni tengo miedo. Muere si vives. Ni sobresaltos, ni engaños, noche, día, luz y luna para qué más sutiles apariencias. Solo es cierto el alba y el ocaso. Mejor escribir con música solemne, acordes breves, arpegios elegantes, soliloquios amables, más que seguir notando, desasosiegos furtivos de un día, que tal vez ya no recuerdo. Breves pensamientos que se van como vienen, porque sigo escribiendo arrastrado por la noche presumo que me lees, para que yo siga escribiendo.


Oh si fueras Universo, inspiración cósmica que todo puedes, compartir entonces quisiera, con cada uno que en cualquier momento leyera, letras venidas de él, siempre eternas, escritas al unísono, ciertas, sentidas de paz y de amor unidas, escritas por la mano del tiempo. Que no es tiempo lo que falta ni sobra, sino ser el tiempo. Compongo palabras que hablan, mudas se sienten y cruzan  como destellos fugaces, sin saber si soy quien las dibuja o las dirige el viento.
Ahora pienso que mis fantasmas o quién inspire mi verbo no es divino, que me sostengo de la vida sintiendo hambre, sed y necesidad de poder ser sin serlo, si me dejas, contigo. Que sobran milagros y dioses, faltan hombres con pensamiento.  Quién  quieras que seas, no eres de orden divino, eres el aura de un pensamiento que cuando escribo yo, escucho, observo, percibo, siento, ni tú ni yo, sino el universo que se avergüenza de haber creado tanto dislate y con esta letra me inspira escribir…. vade retro… Que ni a Pepe, Mayte, Amílcar  o a José nos gusta y el cosmos sin voz nos susurra, otros versos. Tú también eres Pepe, José, Amílcar o Mayte. Siente desasosiego si te gustan colores que no has encontrado aún en tu paleta, invéntalos, el hombre te espera, la esperanza también.


Que seáis felices hermanos, hasta la próxima entrada.

La nota de humor:





martes, 4 de noviembre de 2014

Juegos del hambre.

Aquellas pequeñas cosas con las que jugábamos,  ahora me devoran el recuerdo como gigantes molinos de viento. Alguien las cambió de sitio, o las han tirado. Aquel alambre espino, retorcido con la mano, nos parecieron soldados por un rato, tú los tuyos y yo los de mi bando. Les dábamos el soplo de la vida, les poníamos relato y peleaban asidos entre nuestros dedos los supuestos soldados, en una imaginada batalla, sin muertos ni heridos. Así eran nuestras guerras...de mentirijilla, terminadas entre los dos reídas, con dos ganadores, contentos ambos, sin decir, has hecho fullerías. 
Aquella tabla encontrada, un martillo, cuatro puntillas, un poco de nogalina y agua, listo un barco para echarlo en el arroyo, simulando un barco de carga. Hasta quisiste poner tu pie encima para darte cuenta que se hundía como los de verdad, los que en el cine habiamos visto. Entonces  reía yo, por haber naufragado tú, viendo tus sandalias y tus pies, hundidas en medio del arroyo.


Antes de media tarde, íbamos a tu casa; cogido tu pan y aceite, pasábamos por la mía a coger  el mío. Merendados, limpias nuestras bocas con el dorso de la mano, tocaba, sacar a las ovejas al campo. Al vernos juntos en el corral, remoloneaban inquietas  arremolinandose en círculo de pocas ganas. Sabían que las arrearíamos, ellas siempre tan tranquilas paciendo las hierbas del camino. Vaya, que corrían con una vareta fina, atizando sus patas para que fueran las primeras en llegar, las suyas o las mías. Allí descansaban y comían. Mientras, canto en mano,  nos poníamos a la par para lanzarlo y salir corriendo, a ver quién de nosotros mandó el canto más lejos, cuál de los dos llegaba  primero. Rivalidad entre risas con el perro, que por ser pequeño, siempre nos seguía y perdía el reto. Dumbo se aburría vigilando las ovejas y prefería seguirnos el juego.


No tuvo gracia el día que me tiró el burro, menos al verte cómo tú te desternillabas de risa. Había sido una carrera que yo habría ganado de no haberse espantado Lucero, por algo que imaginó raro entre la hierba. Menudo porrazo, el brazo desollado, yo cabreado con el burro y tú   riéndote. Ese día mi madre estaba para salir corriendo, al llegar para que me curara, reñía a gritos a mi hermana, por no salirle bien el dibujo del encaje de bolillos. Nuestras mofas encima, sumaron la rabieta de mi hermana que tiró los bolillos,  salió huyendo sin saber si por nuestras risas, la histeria de mi madre o los bolillos, que tanto odiaba.
Morgui, mi gata siempre tan lenta. Mi madre dice que ya es muy vieja, tumbada junto al fogón miraba curiosa sin mover una pata, más que relamerse con su lengua un largo bigote de pocos pelos, finos y blancos. Si la querías levantar, un poco de tocino le ponía a su alcance. Se levantaba, me lo quitaba cuando yo quería y vuelta a recostarse ahora para chupar semejante manjar.
La escuela también era un juego. Don Gregorio ya era viejo o nos lo parecía. La pizarra llena de cuentas y varias hojas del libro para copiar en la libreta haciendo un dibujo, había para pasar dos horas, mientras él daba alguna cabezada sobre la mesa. Unos hacíamos las cuentas y copiábamos en la libreta, otros se intercambiaban canicas por cromos, cromos por cromos, mientras otros sacaban de sus bolsillos, el colorín chiquitín para darle migajas de pan mojado en saliva, para sacarlo adelante.


Aquellas pequeñas cosas, aquellos juegos sin cosas, hicieron una vida que ahora se me aparecen como gigantes molinos de viento. Alguien las cambió de sitio. O las han tirado. Entre aquellas pequeñas cosas, me sentía seguro, en aquellos juegos, todo tenía sentido. Hoy me pregunto entre tanta cosa y tan poco juego, qué tiene sentido. Ayer veía molinos de viento, hoy son gigantes que me asustan en un mundo de poca fantasía y mucho palique vacío. 
Si aprendí no fue por copiar el libro ni hacer un dibujo.  Aprendí viendo como el maestro cansado por comer poco, se dormía. Aprendimos por que tenías un amigo...porque algo, cuando no hay nada, es mucho. Porque un alambre, lo doblabas e inventabas lo que tú querías. Aprendimos porque las ovejas cada día tenían que comer, porque el perro no se aburriera y  Morgui reposara si es que era vieja, como mi madre decía.
La vida se hace de pequeñas cosas, mucha ilusión y sin miedo a caerte del burro. La vida es un juego, si quieres jugar conmigo. Antes que anclarme entre la soledad y el miedo, seguro que nos inventaremos un juego.
Hasta la próxima entrada hermanos.  Sed felices.

La nota de humor: 



miércoles, 29 de octubre de 2014

De vivos y muertos


Y el dolor del tránsito se hizo dinero. Nunca sabré si en el duelo de mi hermano, son más lágrimas por su pérdida, por la ruina de incinerarlo o pagando un rodal en campo santo. Vivimos de muchos pensados supuestos. Como todos los que hace mi amigo el Gilo, no es que los viva él, es que casi todo lo supuesto, somete a debate. Pocos lo entienden más que incondicionales "amigos". Un día mi amigo Pepe, dejó de leerlo hasta otro día. Yo lo leo entre líneas y adivino hasta el punto de perdonarle, pedirme un cuestionario para tratarnos un poco más amigos pero sin comillas....Pero no hablaba de vivos sino de muertos. 
Cada año por estas fechas, los caminos a campo santo se pueblan de mujeres y hombres asidos a sus ramos de flores y útiles para limpiar la efímera morada de sus seres más queridos. Cada año, por noviembre; se nos presenta a la muerte como algo cierto, ahora que se tiende a esconder el duelo, de nuestras vidas cotidianas, en sofisticados tanatorios a la par, que por veinticuatros horas convertirnos en protagonistas del que se ha ido, gafas oscuras, trajes negros. Los tiempos cambian, los rituales también, los sentimientos no. ¡La pena es que del dolor, se haga un negocio! 


Aunque los duelos con pan, son menos, parece que son buñuelos y huesos de santo, más propio para tal fin por Santos y Finados. El muerto al hoyo y el vivo al bollo. 
Nada de lo hasta ahora escrito, tiene más fin que escribir de algo tan sabido, de la vida o muerte, siempre tan llevados y traídos, que parece que nos va la vida en ello. En realidad me estoy preguntando por los vivos que viven y sienten, que ansían y quieren. Qué ansían y quieren o si aman. Me sorprende tanta poesía amorosa, cuando tan escaso de amor andamos. Y es que no se anda, se siente. Ésta quizás sea mi propia respuesta, dime de lo qué hablamos y me contestaré, qué me me falta. 
Cada año por estas fechas recordamos al ser querido. ¿Querido o amado? No oculto que a veces tengo prontos de añoranza, sin encontrar respuesta. Quise pero a mi manera, quiero a mi manera. Cada uno como sabe o quiere, lo peor es que creo que nunca supimos qué es querer amando, vivir amando, morir amando. Controversias de mi mente, condicionada por una vida que más que amar, quiere, más que darse, recibe. Esperando recibir sin darte, un día todo será más que una mera mercancía. Llevarán flores, trajes negros y gafas oscuras. 




Recuerdos de una fábula de un burrito, tan bueno, tan noble, que murió muerto de hambre, cuando todos corrían con cebada para llevarla a su ya, gélida boca. 
Lo peor de todo lo escrito es que cada día que amanece, siento que no amé, solo quise, con quién hablo a solas, con todos los que me amaron y yo solo quise. Ya son más los que se fueron que los que quedan. Simplemente yo en puesto de espera. Si quedara tiempo de arreglar esto…Si yo pudiera. La luna y noche espera larga para hablar entre la vida y ellos. Los míos. El mundo y a todos los que se fueron amando. 
De los muertos no se siente pena, sino de los vivos que tanto son capaces de odiar.

Hasta la próxima entrada hermanos, que seáis felices.

La nota de humor:



sábado, 25 de octubre de 2014

Aura de amor y muerte.

Cuántas cosas nos han robado. Los besos prohibidos, esos libros que no pude, esos deseos reprimidos. Estamos aquí, con un sol que sigue alumbrando, trescientos días al año; una luna que tres semanas sí y una para ella, alumbrando besos que no pudieron ser durante el día.
El tiempo, el amor, el otro que soy tú y yo. Qué simple es todo, qué intenso sin embargo. Doblegados por el olvido, amenazados por lo urdido, sin aliento a veces, otras valientes, sin horizonte más que el otro y tú.
Que la vida se va, lo veo y qué más da, si nos la han ido quitando hoy un poco, mañana más.
Qué cuento, qué digo, si la vida es breve, aunque eternas mis breves palabras, tus eternos besos sé, los tendré  por siempre en mis labios.

No hay edad para la vida ni para la muerte. Edad es el tiempo de amar mientras tus labios me quieran seguir besando, más allá de estancias y tránsitos.
Inmensa levedad lo que atrás se queda. Memoria, recuerdo, olvido. Tan breve como intenso ahora que ya estoy muerto.
Esta luz inmensa que me deslumbra, en ese túnel sin fin por el que deambulo etéreo, ese vivir que no vivo, recorriendo una vía sin paradas, ni estaciones...sin trompetas que anuncien paraísos, sin ruidos más que el silencio de tu silencio, que aún percibo. Solo recuerdo en la nada, rostros imaginados humanos, otros ni eso. 

Salido del túnel, no era vía el camino, ascendía flotando en aire calma o sin aire, no evoco. Veía, mejor no veía, sentía un beso, no me preguntes dónde, que no había cuerpo, ni boca ni labios. Solo sentía un beso.
Silencio, sereno, sin peso ni pesar alguno, en algún lugar, sin sol ni luna ni estrellas, tal vez un led más potente que ellos, mis ojos, sí los había, cerrados en calma traspasaban claridad y no era vida. Tampoco pensaba, solo sentía la calidez de un beso.
Me quedé ahí no sé por cuánto tiempo. Flotaba. No me sentía. No extrañaba, no decía, solo la dulce sensación de un permanente beso.
Escrito en aura de amor, que tampoco invoco al no saber si escribo despierto o en un algún sueño de esta vida que siempre imagino con besos. 
  

Que seáis felices hermanos, hasta la próxima semana.  

La nota de humor:


miércoles, 22 de octubre de 2014

Todo lo que ocurre es por algo


Y pasó, que llegué a mayor, un joven mayor, un niño en un mayor, una vida prensada en pocos años, muchos años en muy poca vida. Todo lo que ocurre es por algo; yo solo sé que he llegado. Por deseado se me urdió con los más frescos mimbres, buscados y trenzados en noches de canícula amorosa, el deseo de un varón. En una cómoda pobreza, aquella casa empedrada y de paredes recias de barro y paja, sería testigo del fruto que por primavera nació. El olor a polvo de talco y las colonias de nenuco, impregnaron para siempre mi olfato de vida recién nacida. Pero no sé cuándo. Al escribir mayor, quería decir viejo, si me lee un nacido, una década después que yo.
Y ahora que llegué a mayor, solo necesito de esta ventana para pintaros lo que no sé explicar, un lugar, palabras con color, sonidos que languidecen, personajes que ya no están. Una época más medieval que moderna, Asomarme a esta ventana significa tal vez, buscar mi identidad que no tuve tiempo de conocer, la muerte o quién sabe si reescribir mi vida.



De escasas mimbres, nació la luz de la cultura en un pueblo rodeado de huertas y olivares. Mucho hubo que trabajar el maestro en la escuela para saber que alsina no era un autobús sino el nombre de la empresa, que "cucha" era escucha o mira y que haiga era haya. Baldío trabajo del maestro, cuando con dolor aún sigo escuchándolas, sesenta años después. La cultura era cosa del cura, el maestro y el médico. El escribano del Ayuntamiento, nos parecía que sabía de letras también. Unos años después comprobaría que solo era apariencia. La literatura era oral, transmitida de abuelos a nietos y otra más popular en forma de cancioneros de sucesos espeluznantes, cantada entre esquina y esquina de la calle. Cultura sí que había, pero no en la que estás pensando. Los animales domésticos vivían como uno más en la casa, los perros o los gatos, sí pero si eran los tuyos. Las haciendas diarias de hombres y mujeres esas sí que eran orfebrería. Los hombres en sus huertas y olivares no eran productivos, como ahora se diría, eran artesanos. Las mujeres eran finas orífices de cuánto aprendían. Códigos que por costumbre y sin palabras, entendías, bastaba escuchar el ritmo con que sonaban las campanas.
Entre la edad media y mitad de siglo pasado, hay menos cambio que desde entonces hasta el día de hoy.
Pude asimilar tanto cambio en tan poco. De esos repentes, este sarpullido de nostalgia que me asalta, recordando quién era y quién soy ahora, si soy más feliz hoy o antes.
¡Ay del amor entonces! Amor claro que sí, pero de qué manera. A poco de ser púber, incluso antes, en mi caso, sentí las mariposas revolotear dentro de mí y por estar con un ángel, viví sin vivir en mí por ella, cariño nacido, una noche de verano, en la "academia" dónde los niños imitábamos a los mayores que al lado, detrás de una valla, cómo se acercaban se tomaban y bailaban. Así, apretadas nuestras manos, fuerte muy fuerte, apretadas muy apretadas, nos dimos el primer beso en nuestras mejillas. Contada esta anécdota, a partir de la pubertad, hombres y mujeres seríamos casaderos y candidatos a la conveniencia de ser el mejor partido. La inocencia si nos quedaba hasta entonces, estaba a merced de la perversión que ya imaginábamos.


Y sin embargo, no todo lo que ha venido después ha sido más bonito, ni todo lo pasado fue peor. Ahora comprenderás mi insistencia en recuerdos que son tan distintos a los tuyos. Cómo no buscar mi identidad, buscando en el pasado para encontrarme con él y enamorarme del futuro. 
En esta ventana  leo, poetizar en el amor y desamor, narrar cosas imaginadas, escribir con palabras aún no registradas en mi interior, las admiro y me embelesan unas; otras me emocionan. No todo, intuyo, que es bueno pero siempre mejor que "lucía en el cielo una estrella que se llamaba Lucía", ripio que emorado yo, ensayaba para escribir algo bonito a mi amada. Esta ventana que te decía, es una galaxia en expansión que me catapulta al futuro, que es el tuyo y el mío, mientras siga viviendo en esta casa de letras, que se hizo porque las cosas ocurren por algo. Y lo que no ocurre también.
Hasta la próxima entrada. Que seáis felices hermanos.

La nota de humor:




martes, 14 de octubre de 2014

Entre zozobra y esperanza


José Luis San Pedro, nos decía que poner el dinero como bien supremo, nos conduce a la catástrofe. Esta frase me ha venido martilleando estos días en la que por momentos he olfateado en el ambiente un cierto olor a podrido. Vientos apocalípticos, oliendo a muerte. Esta España nuestra, desvalida y recortada, está exangüe, perpleja e indignada de la carga que le ha sobrevenido. Es el diezmo a pagar por haber vivido arrodillados y rezando tantos años, al dios don dinero. No hay castigos divinos, solo deudas que pagar. Se hizo añicos el espejo donde todos al vernos, nos veíamos ricos y guapos. El espejo recompuesto, ahora solo es un puzle incompleto de gestos rotos, pesarosos y arrugados. Al levantar la alfombra, descubrimos toda la suciedad barrida y escondida a nuestros pies. Dudamos si seguir tirando. Tanto tiempo mirando hacia otro lado.


Del pasado he aprendido que la indiferencia y la pasividad son colaboradores necesarios previos a la catástrofe. Pero pienso que el peligro siempre está unido a la esperanza. Por más que el virus del ébola se nos venga más mortal que nunca. Octubre llegó cargado de nubarrones amenazantes. Entre atónito y expectante, contemplo un debate a garrotazos entre los míos, por averiguar de quién es la culpa si del muerto o del reo, pero por si acaso a la horca con el perro. Somos así, cainitas, muerto el perro, murió la rabia. Mucho me temo que pasado el duelo, el muerto seguirá muerto y el vivo volverá al bollo. Y no es eso. El termómetro se pone para medir la fiebre, saber que nos pasa, el antibiótico para cortar la infección. Este protocolo de vida socialmente sana, individualmente decente, debiera estar en práctica ya, en vez de seguir demonizando a diestro y siniestro garrote en mano para el que lleve la contraria.
Esta tradicional costumbre de resbalar en la calle y preguntar, quién ha sido el culpable, nos muestra una sociedad poco dada al análisis de lo ocurrido, a la autocrítica de nuestros errores, la búsqueda de las soluciones, sabiendo que nuestras actuaciones siempre tienen consecuencias. Si son públicas, más.
Esta cómoda modorra que al saciar nuestro deseo inmediato, nos adormece y distrae. Esta noticia de la anécdota que nos oculta la realidad, la pereza que sentimos en pensar, porque eso es "filosofar", son prácticas que nos hacen seres pasivos e indiferentes, vulnerables al poder supremo del dinero, de quienes lo controlan y de sus consecuencias que terminan siendo catastróficas. Es preciso tomar el control de nuestra conciencia, de nuestro pensamiento y de nuestras vidas. Hace no muchos años, apenas unas décadas atrás, el pueblo alemán se dejó arrastrar por un iluminado, provocando la mayor tragedia del mundo contemporáneo.


La crisis actual ha puesto de manifiesto estructuras socioeconómicas que se han movido por la mentira, el desmedido afán de lucro y la más absoluta carencia de sentido solidario. Enfrentarnos a esta situación es tarea necesaria, solidaria y de todos. En especial para aquellos que están atravesando momentos duros y problemáticos.
El otoño es tiempo de sementera. En esta tierra que es la nuestra, nada ha de florecer si no esparcimos semillas, en los surcos abiertos de mullida y húmeda tierra y como dice Machado no es patria el suelo que se pisa, sino el suelo que se labra. Yo creo en la primavera, aunque haya que cruzar un invierno más frío y largo que el anterior. Esta primavera, este derecho a la utopía, va a llegar florida, preñada de frutos, cuyo único fin sea solo alimentar. 
Desde mi ventana, en una tarde de lluvia tras los cristales, inquieto por todo cuanto percibo, observador y pensante, os dejo una cita con un mensaje, con la que he querido escribir toda la tarde. Pio Baroja nos decía sobre la esperanza: "Aunque tengamos la evidencia de que hemos de vivir constantemente en la oscuridad y en las tinieblas, sin objeto y sin fin, hay que tener esperanza"
Hasta la próxima semana, hermanos. Que seáis felices.
 La nota de humor:

 

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